jueves, 25 de enero de 2007

LA MUERTE

LA MUERTE

En la vastedad infinita de las horas,
El tiempo consume la vida calladamente
Arranca la tibieza de la savia
Con un jirón cáustico y voraz.

En cada vibrar de las venas,
En cada titilar de las miradas,
La soledad es una roca implacable
Que arrasa corazones desvalidos,
Moribundos y apagados.

“La muerte es una grotesca forma de libertad”
Es la paz infinita del dolor eterno,
Es, la dulzura de lo amargo en lo trivial y ajeno
En lo propio, en lo presto y en lo vano.


Se desgarra el alma con tu sola presencia, muerte.
El corazón duerme atormentado y mustio,
El aire apenas llega de repente,
Y la vida misma se trunca cuando vienes.

¡Oh muerte! Dulce paz y agonía cruel,
Resquicio de tranquilidad fecunda,
Sosiego falso de un dolor eterno,
Grotesca forma de sentirme libre.

Mueren las horas, como muere mis días
Calladamente entre mis espacios rotos,
Tristemente vacío está el hogar fecundo,
Desoladamente pobre,
Tu espacio permanece eterno.

Cuando la soledad me cobija presta,
Rueda por mi mente la idea loca
De irme contigo agitado y firme
Hasta el mismo rincón donde duermes quieta,
Hasta el mismo verbo donde carne eres.
Silente muerte, oquedad perversa,
Caricia fría, trémulo beso, muerte maldita
Maldita muerte, muerte de mi muerte
Hasta cuando mi vida muerta,
Deje de quererte.


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